Cuando una persona nunca en su vida ha tenido una mascota o no tiene recuerdos de ella porque ha sido en la primera infancia, es posible que tenga problemas al entender el dolor de sus allegados ante la pérdida de sus compañeros peludos. Tanto es así que muchas personas, aun sin mala intención, pueden llegar a preguntarse si no se está exagerando y sostener que “solo es un perro/gato”. Pero hay estudios que dan cuenta del dolor que genera la pérdida de una mascota. A continuación, vamos a contarte por qué duele tanto la pérdida de una mascota. ¡Acompáñanos hasta el final!
Un momento con fuerte impacto psicológico: la pérdida de una mascota
Un estudio realizado por Field en el año 2009 da cuenta de que el impacto psicológico que conlleva el proceso de duelo por la pérdida de una mascota es equiparable al que se vive por la pérdida humana. Además, en 2003 un estudio de Wrobel ya había afirmado que el proceso de duelo ante la pérdida de una mascota puede ir de los seis meses al año, con una media habitual que llega a los 10 meses.
También cabe mencionar dos investigaciones que indican que la pérdida de una mascota puede producir una incapacidad emocional en el 12% de las personas, desembocando en algunos casos en patologías psicológicas. Esto, por su parte, puede conducir a síntomas emocionales y físicos que incluyen desde pérdida del apetito hasta problemas de sueño y la sensación de que algo dentro de sí “ha desaparecido” justo después de la pérdida de una mascota.
A estos aspectos mencionados por la pérdida de una mascota, hay que añadir el sentimiento de culpa. Como consecuencia de un tema poco aceptado socialmente, muchas personas admiten, en ocasiones con una sensación de haber cometido una falta, sentir más dolor por la pérdida de su mascota que por la de un familiar. Esto genera malestar, dudas y cargo de conciencia que se suman al duelo, generando un entorno contraproducente. Además, son sentimientos que pueden generar mucha vergüenza.
¿Por qué duele tanto la pérdida de una mascota?
Los aspectos mencionados con anterioridad y los estudios en relación con esto se sostienen sobre el tipo de vínculo que las personas generamos con las mascotas y los sentimientos que estas son capaces de despertar. Por eso, ahora vamos a hablar de por qué duele tanto la pérdida de una mascota y por qué, además, no se debe sentir culpa o malestar por los sentimientos que aparecen en ese momento tan duro de la vida, pues para cada persona, la pérdida de una mascota se enfrenta de maneras diversas.
Porque es un vínculo único
Tanto los perros como los gatos han evolucionado para convertirse en los únicos compañeros de vida y amigos de los humanos dentro del reino animal. En Hipótesis de la domesticación, el antropólogo Brian Hare explica que los perros han pasado de ser lobos grises a convertirse en animales con marcadas habilidades sociales, permitiendo una interacción con los humanos que se asemeja mucho a la que las personas pueden tener entre sí.
Hay que entender que las mascotas, especialmente los perros, han evolucionado para estar pendientes de las personas. Por eso, no es exagerado decir que, cuando se adopta a un perro, este humano pasa a ser el centro del universo para esa mascota. Una resonancia magnética, en este punto, ha demostrado cómo el cerebro de un perro reacciona con el mismo entusiasmo ante sus dueños que ante la comida.
Cercanía
Además de lo anterior, los animales se adaptan a las personas y aprenden a reconocerlas. Aprenden además, a interpretar las emociones que sus humanos están teniendo y sus expresiones faciales. Por eso, no es raro encontrarse con que el perro o el gato se acercan cuando uno está llorando y también cuando se siente mal.
Además, su instinto les permite identificar cuándo puede haber problemas o amenazas. En esos contextos, especialmente los perros buscan proteger a sus humanos y hacerlos sentir bien y seguros.
Son familia
Hay quienes consideran que es necesario separar a las mascotas de la familia, dificultándose que entiendan por qué duele tanto la pérdida de una mascota. Sin embargo, muchas veces, las mascotas se convierten en la familia más cercana que alguien tiene. Estudios han demostrado que el cerebro humano tiende a percibir a las mascotas como parte de la familia, con el mismo grupo cognitivo.
Por esta razón, muchas veces las personas se vinculan con su mascota como si esta fuera un hijo. Así, la pérdida de una mascota puede ser especialmente dolorosa, debido a que el humano siente que está perdiendo una parte muy importante de sí. Además, las personas tienden a extrañar mucho a sus mascotas cuando no están con ellas, de la misma manera que con los familiares o seres queridos más cercanos.
Conclusión
Hemos visto previamente por qué duele tanto la pérdida de una mascota. Considerando lo difícil que este momento puede llegar a ser, se recomienda siempre expresar los sentimientos y buscar contención en seres queridos que puedan entender y empatizar con esta situación, a fin de atravesar el duelo por la pérdida de una mascota de forma menos difícil.
Además, es importante no juzgarse a uno mismo por el dolor que se experimenta y entender que la mascota es una parte muy importante de la vida, un amigo peludo es miembro de la familia con el que se crea un vínculo basado en un amor muy fuerte. Entendiendo esto, se podrá afrontar el duelo de una forma más amable con uno mismo.
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